En el área del Corredor Seco en El Salvador, 2,2 millones de personas viven en situación de pobreza. En esta región afectada por la vulnerabilidad climática, el 54% de sus habitantes cultivan granos básicos, – maíz y frijol -, como principal fuente de alimento e ingresos.
Allí, la pobreza afecta particularmente a los sectores más vulnerables y tradicionalmente excluidos de la sociedad, como los pueblos indígenas, los niños, los jóvenes, las mujeres y los ancianos.
Cerca del 38% de la población joven rural (entre 18 y 35 años) se encuentra en situación de pobreza, siendo muy afectada por delincuencia y violencia.
Las mujeres se ven aún más afectadas por la pobreza: un 42% de las mujeres viven en el espacio rural del Corredor Seco, cuyas tierras montañosas están deforestadas y degradadas. Sus vidas están marcadas por las privaciones de la falta de empleo e ingresos y por las angustias de la violencia doméstica que sufren.
Casi todo el território de El Salvador es parte del Corredor Seco y esto hace que este país sea uno de los más vulnerables a los riesgos climáticos del mundo.
En los últimos 40 años, solo en Candelaria de La Frontera, municipio de El Salvador, la temperatura media aumentó de 20º a 30º.
Las proyecciones para Centroamérica estiman entre 35% y 63% de reducciones en la disponibilidad de agua.
Também na Argentina, um país de renda média, grande parte das pessoas em estado de pobreza estão estabelecidas na região mais árida do país, o Chaco. A pobreza afeta 32% das/os argentinas/os (14 milhões de pessoas) e 80% das/os moradoras/es do Chaco, que padecem de insegurança alimentar e nutricional e de desnutrição.
O Chaco abriga a maior proporção de comunidades indígenas – nove grupos étnicos diferentes, compostos principalmente por comunidades de caçadoras/es-coletoras/es – e a maior taxa de desmatamento da Argentina.
O Chaco é uma vasta área plana entrecortada por importantes cursos de água e montanhas que possuem florestas adaptadas à seca.
A mudança climática projetada para o Gran Chaco prevê um aumento na temperatura média anual de mais de 1° C até 2040, enquanto que, em algumas áreas, o aumento pode chegar a 1,75° C. Com a alteração do calor, o regime de chuvas também é afetado e a tendência aponta para maior variação na distribuição sazonal e espacial da chuva.
Atualmente, a região tem uma capacidade limitada de adaptação às mudanças climáticas devido à sua forte dependência da agricultura e falta de infraestrutura para gerenciar recursos hídricos.
O Chaco está sujeito a um processo severo de degradação dos recursos naturais e da biodiversidade.