Cartaz da Websérie Semiárido Vivo.

EL DAKI

DAKI – Semiárido Vivo es un proyecto que pretende contribuir a la lucha contra el cambio climático en tres regiones semiáridas de América Latina: el Corredor Seco Centroamericano (CSC), el Gran Chaco Americano (GCA) y el Semiárido Brasileño (SAB). Una iniciativa apoyada por el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y llevada a cabo por dos redes de organizaciones de la sociedad civil que operan en estas regiones: Articulação Semiárido Brasileiro (ASA) y Plataforma Semiáridos de América Latina.

Con base en la Gestión del Conocimiento y la Cooperación Sur-Sur, DAKI – Semiárido Vivo identifica y sistematiza experiencias, procesos de capacitación e intercambios de conocimiento que contribuyen a las y los agricultores, técnicos y técnicas y a sus respectivas instituciones, en las prácticas y estrategias de la Agricultura Resiliente al Clima (ARC).

DAKI – Semiárido Vivo da visibilidad a las experiencias y busca formar multiplicadores en la Agricultura Resiliente al Clima basada en la Agroecología y el Enfrentamiento al cambio climático. Su principio es la comprensión de que la lucha contra el cambio climático debe basarse en la democratización del acceso al agua y a la tierra, la promoción de suelos sanos y bosques conservados, y el empoderamiento y la garantía de los derechos de la población de la región semiárida mediante políticas públicas contextualizadas.

Sistematización de experiencias en Agricultura Resiliente al Clima (ARC)

A lo largo del tiempo, las y los agricultores familiares, los pueblos indígenas, los quilombolas y las comunidades tradicionales y campesinas han ido produciendo, acumulando y compartiendo conocimientos sobre cómo convivir con la región semiárida desde la perspectiva de una agricultura resiliente a los efectos del cambio climático.

Es a partir del conocimiento de la gente de la región semiárida, de sus experiencias e innovaciones, articuladas con el conocimiento técnico y científico, que DAKI – Semiárido Vivo se propone recoger y sistematizar las experiencias en ARC, con las familias, comunidades y organizaciones como protagonistas de este proceso.

La idea es que este conocimiento, además de ser compartido, sea replicado en otras regiones semiáridas, con el apoyo de los Programas de Formación en ARC.

DAKI – Semiárido Vivo ha identificado y relevado un total de 277 experiencias de ARC en las tres regiones semiáridas de América Latina, ha sistematizado 55 experiencias en profundidad y ha realizado 10 estudios de caso utilizando el método LUME de análisis ecológico-económico.

Formación en agricultura resiliente al clima (ARC)

El proyecto DAKI – Semiárido Vivo promueve Programas de Formación en Agricultura Resiliente al Clima para agricultores(as), técnicos y técnicas que trabajan en organizaciones de la sociedad civil y organismos públicos, con el objetivo de formar a potenciales multiplicadores de conocimientos y prácticas innovadoras en sus territorios.

De 2022 a 2023, três programas de formação devem beneficiar cerca de 7 mil pessoas de forma indireta e quase 1,8 mil pessoas diretamente.

Territorios de atuación: regiones semiáridas de América Latina

DAKI – Semiárido Vivo opera en tres regiones semiáridas de América Latina: DAKI – Semiárido Vivo opera en tres regiones semiáridas de América Latina: el Corredor Seco Centroamericano (CSC), el Gran Chaco Americano (GCA) y el Semiárido Brasileño (SAB). Conozca un poco sobre cada una de las regiones:

Este territorio se encuentra en Brasil, ocupando el 72% de la superficie de la región Nordeste y el 18% del estado de Minas Gerais. En toda su extensión, el Semiárido equivale al 12% del territorio nacional.

Además de ser el más poblado del mundo, de gran extensión, el Semiárido brasileño alberga gran parte de la población más pobre del país. Los datos oficiales muestran que el 59,1% de todos los brasileños en situación de extrema pobreza viven en el Nordeste (9,61 millones de personas) y la región reúne el 32,7% de los municipios con alta vulnerabilidad alimentaria y nutricional (un total de 52 municipios).

La región semiárida brasileña sufre problemas históricos crónicos relacionados con la escasez de agua, con sequías periódicas. La sequía de 2012-2017 fue la peor en 100 años y agravó muchos de los problemas sociales existentes, provocando el endeudamiento de las personas agricultoras, el éxodo rural, las enfermedades y la desnutrición. Su coste económico se estimó en unos 6.000 millones de dólares sólo en el sector agrícola.

Desde la década de 2000, los agricultores, las agricultoras, las comunidades y los pueblos tradicionales, junto con las organizaciones de la sociedad civil, están transformando esta realidad y construyendo tecnologías y políticas sociales para convivir con el Semiárido. Con el acceso y la gestión del agua, muchas familias tienen garantizada la soberanía alimentaria en sus territorios.

La región alberga el bioma de la Caatinga y el Cerrado. La Caatinga cubre la mayor parte de la región semiárida y parte de sus plantas y animales son especies exclusivas que no existen en ningún otro lugar del mundo. El Cerrado es conocido como la cuna de las aguas, tiene las mayores reservas subterráneas de agua dulce del mundo, que alimentan las grandes cuencas hidrográficas de Sudamérica.

El Gran Chaco Americano, situado entre Argentina, Paraguay y Bolivia, ocupa el 31% de la superficie total de los tres países y alberga el 2,9% de su población total. Al menos 20 grupos étnicos diferentes viven allí. La región constituye la mayor masa forestal de Sudamérica, después del Amazonas.

Los problemas más extendidos son los relacionados con el acceso a la tierra y a los territorios, el acceso al agua para el consumo humano y la producción, generando inseguridad alimentaria, la degradación de los suelos, el desmantelamiento para la agricultura agroexportadora, entre otros.

Sin embargo, la región del Gran Chaco tiene un enorme potencial de desarrollo, con grandes ríos que la atraviesan, con una enorme cantidad de recursos naturales disponibles para un adecuado uso, gestión y administración de los recursos naturales.

El cambio climático proyectado para el Gran Chaco Americano prevé un aumento de la temperatura media anual de más de 1°C para el año 2040, aunque en algunas zonas el aumento podría llegar a 1,75°C. Con este cambio de temperatura, el régimen de lluvias también se ve afectado y la tendencia indica una mayor variación en la distribución estacional y espacial de las precipitaciones.

Algunos de estos cambios se manifiestan actualmente con sequías prolongadas o lluvias torrenciales que producen inundaciones, desafiando a las comunidades a cuidar y adaptar los procesos para mantener sus territorios. Actualmente, la región tiene una capacidad limitada para adaptarse al cambio climático debido a su fuerte dependencia de la agricultura y a la falta de infraestructuras para gestionar los recursos hídricos.

En el Gran Chaco Americano existe una enorme historia de luchas de organizaciones indígenas y campesinas que, acompañadas por la sociedad civil, buscan defender sus derechos territoriales y generar propuestas de acceso y manejo de los recursos naturales. Esta historia ha permitido avanzar mucho en el reconocimiento legal y también en acciones concretas, pero aún queda mucho por hacer y avanzar para reducir la pobreza y la marginación.

El Corredor Seco Centroamericano se extiende desde el sur de Chiapas, México, hasta Guanacaste, Costa Rica. Tiene una extensión de 1.600 kilómetros de largo, y 100 a 400 kilómetros de ancho.  Se asienta principalmente sobre la costa Pacífica y cubre el 30% del área de Centroamérica. En estos territorios viven más de 10 millones de personas, muchas de las cuales se dedican a actividades agrícolas, en especial a la producción de granos básicos (maíz, frijol y sorgo) para el consumo de las familias.

El Corredor Seco Centroamericano se caracteriza por integrar un conjunto de ecosistemas de bosque tropical seco que presenta una alta vulnerabilidad ante fenómenos climáticos extremos que ocurren cada vez con más frecuencia e intensidad.

Las frecuentes y prolongadas sequías y los excesos de lluvia en algunas ocasiones provocan graves pérdidas en la producción agrícola, y empacan en la vida de la población rural de los territorios secos. La pérdida acelerada de bosques y los procesos de desertificación constituyen una grave amenaza para las poblaciones rurales que habitan en la región. El desequilibrio ambiental y el inadecuado uso de los recursos naturales causan la disminución y escasez de agua en algunas zonas en donde la demanda de agua va en aumento. 

La pérdida de cultivos y cosechas y la disminución del agua para consumo humano genera mayor pobreza y hambre en la población, deterioro de la salud y deterioro de la calidad de vida de las familias. La migración de la población joven en búsqueda de oportunidades laborales hacia otros países, principalmente hacia los Estados Unidos de America, es un fenómeno en constante ascenso en los últimos años. 

Equipo:

Comité Estratégico:

Gestión del conocimiento para la adaptación de la agricultura familiar al cambio climático

Junta Directiva:

Antônio Barbosa, Gabriel Seguezzo e Ismael Merlos

Coordinación General:

Antônio Barbosa

Coordinación Argentina:

Gabriel Seguezzo

Coordinación El Salvador:

Ismael Merlos

Coordinación Pedagógica:

Júlia Rosas

Gestión de Sistematización:

Esther Martins

Equipo de Monitoreo y Evaluación:

Eddie Ramirez (gerente) 
Daniela Silva
Anibal Hernandez

Equipo de Comunicación

Lívia Alcântara (gerente), 
Florencia Zampar 
Daniela Savid
Nathalie Trabanino

Seguimiento Metodológico y Prod. Contenido:

Juliana Lins

Soporte administrativo:

Maitê Queiroz

Asesoría financiera:

Iris Elizabeth

Ejecución:

Apoyo: