Explorando nuevos horizontes: joven argentino comparte su experiencia de intercambio en el Semiárido brasileño

En el marco del tercer programa de formación en Agricultura Resiliente al Clima del proyecto DAKI – Semiárido Vivo, un grupo de jóvenes provenientes de distintos países de los semiáridos de América Latina, se unió en un inolvidable intercambio llevado a cabo del 16 al 20 de Octubre en los estados de Paraíba y Pernambuco, Brasil. Este encuentro, que contó con la participación activa de jóvenes del Gran Chaco Americano, del Corredor Seco Centroamericano y del Semiárido Brasileño, fue un catalizador para el cambio y la conciencia sobre la sostenibilidad, así como el cuidado del medio ambiente. 

Ismael Cárdenas, oriundo de la localidad de Gancedo, provincia de Chaco (Argentina), compartió su experiencia tras este viaje: “Fui uno de los jóvenes que tuvo la oportunidad de realizar ese hermoso viaje (que) tuvo un impacto significativo en mi vida personal porque despertó mi conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad de la producción de alimentos, tanto como para animales y para el consumo propio”.

Ismael Cárdenas compartilhando com seus colegas durante intercâmbio em Pernambuco. Foto: Lívia Alcântara

Ismael destacó la transformación en su forma de pensar y cómo este intercambio amplió sus conocimientos sobre el cuidado del medio ambiente y la importancia de los recursos naturales: “pude ver de primera mano cómo estos jóvenes intercambian técnicas agroecológicas con enfoques innovadores. Esto me inspira a adoptar un enfoque más consciente en mi propia vida. Con todo esto me he dado cuenta que hay mucho más por aprender y por explorar”, expresó con entusiasmo.

Entre los aprendizajes clave, Ismael resaltó la importancia de la sostenibilidad, el poder del emprendimiento juvenil, la relevancia de la comunidad y la colaboración, así como la conexión íntima entre alimentación y salud. Además, subrayó la superación de desafíos como un elemento fundamental en el crecimiento personal y comunitario.

En cuanto a las experiencias que piensa pueden replicarse en su comunidad, Ismael compartió ideas concretas y aplicables: “ implementar distintas especies naturales que hay en la zona y uno no conoce, que lo puede utilizar como alimentación para los animales. Por otro lado hacer plantaciones de árboles frutales, que eso casi no hay acá (…) y nos va a proporcionar frutas frescas y saludables para la comunidad”.

La importancia del encuentro cara a cara de jóvenes que viven situaciones similares pero a muchísimos kilómetros de distancia y con contextos diversos, reside en la posibilidad de sembrar semillas de cambio y crecimiento en ellos y también en sus comunidades. 

La historia de Ismael es solo una entre muchas que destacan la importancia de estos espacios para construir un futuro más sostenible y conectado en América Latina. De este modo, el proyecto DAKI Semiárido Vivo, continúa abriendo puertas para que los jóvenes exploren, aprendan e impacten positivamente en sus comunidades.

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