Daki Semiárido Vivo
Programa de Formación en Agricultura Resiliente al Clima concluye su 1ª fase con más de 1.500 participantes inscritos
Jóvenes, agricultores/as y técnicos/as de tres regiones semiáridas latinoamericanas han completado la primera etapa del 1er Programa de Agricultura Resiliente al Clima, llevado a cabo por el proyecto DAKI – Semiárido Vivo. Hubo 1.669 inscripciones, de las cuales 804 eran del Gran Chaco Americano, 318 del Corredor Seco Centroamericano y 547 de la región semiárida brasileña. De las personas inscritas, el 56% eran indígenas y/o mujeres agricultoras y el 44% eran técnicos/as locales y/o extensionistas. El porcentaje de mujeres inscritas fue del 58% y el de hombres del 42%.
El proyecto DAKI es una iniciativa multicultural que involucra ocho países de América Latina: Brasil, Argentina, El Salvador, Bolivia, Paraguay, Guatemala, Nicaragua y Honduras. «Fuimos capaces de movilizar a la gente, de mantener la frecuencia de la participación, de garantizar que se trataba de un proceso construido colectivamente y que los conocimientos generados eran compartidos por todos. Conseguimos hacer un proceso de cooperación Sur-Sur, incorporando a las personas que actúan en los territorios semiáridos al curso, a las clases, al proceso», explicó Júlia Rosas, coordinadora pedagógica del Proyecto DAKI – Semiárido Vivo.
De la realidad de las regiones semiáridas al aula
Con un fuerte enfoque territorial, metodologías guiadas por la educación popular contextualizada a las regiones semiáridas y por la pedagogía de la alternancia, el programa, que comenzó en marzo de 2022, tuvo cuatro módulos con una duración de tres semanas cada uno y dos semanas de trabajo intermodal entre ellos. También contó con el apoyo tecnológico y pedagógico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que proporcionó la plataforma de educación a distancia.
Este intercambio entre regiones semiáridas ha constituido una poderosa experiencia de gestión del conocimiento. Para Jocelyn Castellanos, miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Productores de la Sierra Tecapa (APAOSIETE), de Usulután, El Salvador, las clases han sido un momento valioso de intercambio. «No conocíamos las técnicas de otros países, y eso es lo importante, porque estamos viendo que en otros lugares hay unas técnicas y aquí tenemos otras. Podemos replicar algunos conocimientos aquí y también llevar los conocimientos allá, y al final, esto es enriquecedor», comenta entusiasmada.
Pero este proceso también se enfrenta a desafíos. Para Júlia Rosas, la conectividad es uno de ellos: «Esto fue un reto desde el principio: que la gente pudiera acceder a Internet, a la plataforma online, al conocimiento digital. Pero esto es también un gran potencial, la democratización del acceso a este tipo de cursos en este formato EAD, virtual».
Una de las estrategias a este aspecto fue la organización de «Centros de Conectividad», centros locales para asistir a las clases, realizar trabajos intermodales y acceder a los materiales didácticos. También son una forma de vincular a las organizaciones locales y regionales para que juntas puedan experimentar con prácticas de agricultura resiliente al clima.
Las clases de 1º Programa de Formación en Agricultura Resiliente al Clima pueden verse en nuestro sitio web y el contenido del curso también está disponible para su consulta.
Encuentro de Saberes del Programa de Formación en Agricultura Resiliente al Clima
La etapa del curso del Programa de Formación en Agricultura Resiliente al Clima se celebrará y evaluará el 30 de agosto en una reunión en línea. Los estudiantes, los tutores y los coordinadores de los módulos podrán revisar la trayectoria del curso, debatir y compartir sus experiencias a lo largo del proceso.
Durante el encuentro, Karine Santos, habitante de una comunidad indígena en Apoinme Kokó de Porto de Folha de Brasil, expresó la importancia que ha tenido el Programa en Agricultura Resiliente al Clima para los habitantes de su territorio, y cómo esto les ha incentivado a continuar practicando una agricultura responsable con el medio ambiente.
“Como indígena tenemos nuestras costumbres, pero aquí en mi pueblo no hemos tenido incentivos, porque son pocas familias que trabajan la agroecología dentro de nuestro territorio. Y por eso para nosotros es muy importante la cuestión del desarrollo, del aprendizaje, de todo lo que plantamos en nuestro territorio para incentivar a otras personas a que practiquen esto”, comentó.
Asimismo, Damiela Jazmín, una joven representante del Gran Chaco Americano y estudiante de la Escuela de la Familia Agroforestal (EFA) en la Provincia de Santa Fe, Argentina, comentó su experiencia como alumna del Programa de Formación en Agricultura Resiliente. Y explicó el aporte que este conocimiento trajo a la juventud de su territorio.
“Una de las principales experiencias que tuvimos en este aprendizaje fue conocer sobre nuestro territorio. Además, aprendimos sobre algunas técnicas, aguas grises y los aljibes que se dan en algunos pueblos vecinos”, comentó. También Damiela explicó que junto con sus compañeros/as desarrollaron un plan de búsqueda en materias como agroecología, geografía y políticas públicas que les permitieron conocer la historia de su territorio.
Próximos pasos: etapa territorial
La siguiente etapa del Programa de Formación en Agricultura Resiliente al Clima es la Etapa Territorial. Mientras que la Etapa del Curso se estructuró en torno a contenidos clave para el debate sobre la agricultura resiliente al clima, la Etapa del Territorio es el momento de las acciones en los territorios.
«La idea es reforzar y profundizar los conocimientos que hemos aprendido y compartido. Daremos un paso adelante con actividades más prácticas y específicas para el territorio. Tendremos más tiempo para construir acciones directas relacionadas con el territorio».
A través de la metodología de mapeo participativo, a lo largo de la Etapa del Curso, los grupos fueron construyendo mapas de sus territorios, añadiendo información inspirada en las discusiones de contenidos de los módulos. Identificaron las potencialidades, los conflictos, los retos, los recursos disponibles, las políticas públicas a las que se accede, las acciones necesarias, etc.
En la Etapa Territorial, se espera que los grupos, junto con las organizaciones con las que tienen contacto, puedan construir y poner en práctica planes de acción sobre la agricultura resiliente al clima, basándose en los posibles recursos. Esta actividad mejora aún más los grupos, los territorios y sus prácticas de agricultura resiliente al clima.
Lívia Alcântara y Nathalie Trabanino