Daki Semiárido Vivo
El agua en los Semiáridos. ¿Hay escasez?
El agua es un recurso fundamental para la supervivencia humana y el desarrollo sostenible: acceder a este recurso de forma segura, suficiente y sostenible es un derecho de todas las personas.
A pesar de ello, según datos de Naciones Unidas, la escasez de agua afecta a más del 40% de la población mundial, porcentaje que se prevé en aumento.
Específicamente en las zonas áridas y semiáridas, el acceso al agua se ve afectado por la “escasez natural de agua”, ya que los patrones de lluvia en estas regiones son menores y/o concentrados en una parte del año. Esto se ve agravado en zonas rurales donde la cobertura de agua potable segura es de un 53%, frente a un 81% en zonas urbanas, demostrando la gran disparidad en el acceso a este recurso crítico*.
Sin embargo, la perspectiva de “convivencia con el Semiárido” nos ha permitido cuestionar la idea de escasez de agua y poner el foco en aquellas prácticas y/o tecnologías de aprovechamiento del agua, adaptadas a las condiciones climáticas de estas regiones. Entre ellas, encontramos experiencias de captación y almacenamiento de agua, (como las cisternas), así como el saneamiento rural como forma de reutilizar el 100% del agua de las familias agricultoras de los Semiáridos latinoamericanos.
Agua: acceso desigual
A pesar del consenso ineludible de que es un derecho para todos y un recurso esencial y básico para el desarrollo de nuestras vidas y comunidades, todavía existe una amplia desigualdad en su acceso, sobre todo en poblaciones vulnerables.
Según una encuesta realizada por la ONU, en todo el mundo, mujeres y niñas juntas pasan 200 millones de horas al día recogiendo agua, viéndose así privadas de tiempo para los estudios y la formación profesional.
Según datos de Fundación Plurales, en el semiárido chaqueño hay familias que caminan 14 km promedio para obtener agua para consumo familiar, siendo un trabajo que en general involucra a mujeres y niños.
El problema del agua en los semiáridos
La extensión total de zonas áridas y semiáridas en la región de América Latina y el Caribe supera los 4 millones de km cuadrados, según datos del Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe, 2005 – CAZALAC.
Estas zonas están amenazadas no sólo por la disponibilidad reducida de agua, sino también por la creciente apropiación de los recursos hídricos existentes, en gran parte para uso productivo e industrial. Así, podemos encontrarnos con una sobreexplotación de los acuíferos, el agotamiento de muchos caudales naturales y la progresiva desaparición de los humedales, dando lugar a la degradación y eliminación de muchos hábitats naturales y su característica biodiversidad.
Este es el caso de la comunidad de Vereda Funda, en Rio Pardo de Minas, en la región norte de Minas Gerais, Brasil. La comunidad tenía su territorio degradado por el monocultivo de eucalipto, que chupa mucha agua del suelo. Y los gerazeiros, población tradicional que habita la región, tuvieron que emplear diversas técnicas para recuperar el suelo y el agua.
En otros casos, la mala calidad del agua, o la presencia de contaminantes, afecta el uso de este recurso para el abastecimiento para consumo e incluso para el riego. Ni hablar de aquellas comunidades donde la falta de información y recursos lleva al consumo de agua impropia, provocando problemas de salud.
Tecnologías y prácticas de gestión del agua
En las zonas áridas y semiáridas, los sistemas socioeconómicos se ven ligados de manera estrecha al uso inteligente y sostenible de los recursos naturales, entre ellos el agua. Ahí se han desarrollado históricamente formas tradicionales de aprovechamiento del agua adaptadas a las condiciones específicas de cada territorio, dando lugar a una cultura del agua muy rica, especializada y de gran valor.
Los agricultores y agricultoras de las regiones semiáridas de América Latina echan a volar su creatividad e innovación y optimizan al máximo los recursos. Ante la sequía que enfrentan los territorios semiáridos del Gran Chaco Americano, el Semiárido brasileño y el Corredor Seco Centroamericano, las técnicas para ahorrar agua son una alternativa que ayuda a los agricultores y agricultoras en la producción de sus alimentos, tanto en épocas de invierno como en verano.
En la biblioteca de DAKI – Semiárido Vivo se pueden encontrar experiencias sistematizadas de agricultores del semiárido.
El Agua y los ODS
La escasez y desigual distribución de este recurso crítico supone un complejo desafío para cumplir los objetivos de desarrollo sostenible, incluidos los referentes a la salud, la igualdad de género, la agricultura, la producción de alimentos y el cambio climático.
El acceso al agua es clave para el fortalecimiento de la resiliencia de las comunidades, la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. En este sentido, para concientizar sobre la urgente necesidad de avanzar en medidas para lograr la Meta: “De aquí al 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable para todos”(ODS 6), cada 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Además la Agenda 2030 propone una serie de acciones e indicadores para medir el nivel de implementación de este ODS en los países.
Las comunidades, organizaciones sociales, universidades y otros actores de la sociedad civil pueden involucrarse en este proceso, participando en foros locales, en mesas de articulación, y exigiendo a los Estados rindan cuentas sobre planes de gobiernos, acciones, reformas legislativas, presupuestos asignados, inversiones en investigación, etc. Es muy importante que los planes de gobiernos incluyan la mirada de las mujeres, las juventudes y de las comunidades indígenas ya que sus propuestas son fundamentales para garantizar que la gestión del recurso sea justo, equitativo e inclusivo.
*Informe del programa conjunto WHO/UNICEF de monitoreo del abastecimiento de agua, el saneamiento y la higiene. Avances en materia de agua potable, saneamiento e higiene en los hogares 2000 – 2020.