Mujeres en la gestión del agua: conoce tres experiencias en el Semiárido Latinoamericano

La gestión del agua para las actividades domésticas y las plantaciones alrededor de las casas suelen ser tareas asignadas a las mujeres. Por lo tanto, en las regiones donde hay dificultad para acceder al agua, son las más afectadas. Según una encuesta realizada por la ONU, en todo el mundo, mujeres y niñas juntas pasan 200 millones de horas al día recogiendo agua, viéndose así privadas de tiempo para los estudios y la formación profesional.

A este escenario de desigualdad de género se suma la profundización de los efectos del cambio climático, que afecta de manera más significativa a las regiones semiáridas – aquellas donde las precipitaciones se concentran en parte del año. El “Painel Intergovernamental sobre Mudanças Climáticas” (IPCC/2020) señala, por ejemplo, que el crecimiento de las áreas desérticas en la región semiárida brasileña ha aumentado más rápido de lo que se pensaba debido al cambio climático. La proyección es que para 2030 la temperatura media del planeta aumente 1,5°C, y con eso algunas regiones del Semiárido brasileño pueden superar los 40°C durante el verano.

Frente a este contexto, en las regiones semiáridas, muchas mujeres han adaptado tecnologías para la captación, almacenamiento y tratamiento del agua. Maria Neves del semiárido brasileño, Romira Otero del Chaco argentino y Glória Días del Corredor Seco, en Guatemala, son tres de estas mujeres que, mediante el manejo ingenioso del agua, han contribuido directamente al desarrollo de la Agricultura Resiliente al Clima. Juegan un papel importante en sus comunidades, contribuyendo a la alimentación de sus familias, recreando la economía local a través de la venta de sus productos y asumiendo la gestión del conocimiento sobre el mejor uso del recurso hídrico. ¡Conoce a cada una de ellas!

María Neves y el saneamiento básico rural

Maria Neves dos Santos es campesina de la Comunidad Tradicional de Pasto de Caiçara, ubicada en la ciudad de Juazeiro, estado de Bahía, Brasil. La comunidad está compuesta por alrededor de 40 familias y en 2019 se benefició de un sistema de tratamiento de agua que, además de tratar las aguas grises y negras, riega los patios productivos.

“Antes de su reutilización, el agua del fregadero, el baño y la ropa se tiraban a la basura. Toda esta agua ahora se está reutilizando, no se está tirando, no está dañando el medio ambiente”, dice la agricultor en un episodio de la websérie Semiárido Vivo.

La lucha por el agua en su comunidad es de larga data, al igual que la de otras familias del semiárido brasileño. Comenzó en 1994, cuando la comunidad fundó la Asociación Comunitaria Rural de Productores de Caiçara y Tanque. En 2019, continuando con el proceso de acceso a cisternas de recolección y almacenamiento de agua de lluvia, la comunidad de Caiçara accedió a un proyecto de cooperación internacional de Cáritas Alemã para apoyar acciones de Convivencia con el Semiárido y Adaptación al Cambio Climático, a partir del cual la implementación de alcantarillado doméstico sistemas de recolección y tratamiento se llevó a cabo.

Las tecnologías de tratamiento de agua instaladas permitieron utilizar los efluentes para el riego agrícola, mejorando la gestión del agua basada en su reutilización y reduciendo la posibilidad de contaminación humana, animal y ambiental. “En el período seco, nuestra región semiárida está en esa sequía y en el patio productivo, con la reutilización del agua por goteo, el patio siempre está verde. Esto para nuestra comunidad es un logro. Quiero que otras mujeres hagan lo mismo, como yo, para que podamos ganar la asociación, para organizar la comunidad para tener acceso a los beneficios. ¡Tenemos que tener saneamiento básico!”, manifiesta María Neves.

Además del saneamiento rural, la experiencia de Maria Neves y su comunidad involucra otras líneas de lucha por el agua: Agua para la Familia; Agua para la Comunidad; Agua para Producción; Agua de Emergencia y Agua Ambiental. Abajo un episodio de la Websérie Semiárido Vivo, que cuenta esta historia. 

Romina Otero, referente del cuidado del Agua en Salta, Argentina

Romina Otero es una mujer de 26 años de la Comunidad Zonal Criolla Los Blancos, ubicada en el Departamento Rivadavia, Banda Norte, de la provincia de Salta, Argentina. Ella es promotora territorial del programa DAKI – Semiárido Vivo y de Fundapaz, ayudando a su comunidad a mejorar las condiciones de acceso al agua segura

La comunidad de Romina es similar a otras tantas de la región del Chaco, donde las alternativas para acceder al agua apta para consumo son cada vez más escasas. En sus palabras, recordando algunos años atrás, Romina nos cuenta: «antes la comunidad sacaba agua de cañadas a la vera del río o de pozos que tenían agua de mala calidad o salada».  

Si bien actualmente el pueblo cuenta con conexión al servicio de agua potable por red, en algunas comunidades más alejadas las cisternas de captación de agua de lluvia son la principal solución: «Hoy la realidad de la comunidad es que todos en su mayoría tenemos un buen acceso al agua potable para consumo ya que gracias a implementar los sistemas de captación y almacenamiento de agua nos permite controlar el agua que nosotros tomamos, el agua que toman nuestros niños etc. Fue algo muy bueno que llegara esta herramienta a la zona, ya que es una zona donde hace mucho calor y el agua que tenemos de pozo no es buena o no sirve para tomar».

Romina es una joven que se transformó en una referente del tema del cuidado y tratamiento del agua en su comunidad. Hoy en día brinda capacitaciones sobre cómo mantener el agua y la cisterna limpia. Además, realiza controles y toma muestras de laboratorio para conocer la calidad físico-química y biológica del agua que consumen y enseña a la comunidad cómo interpretar los resultados y  pasos a seguir en cada caso (decantación, hervido, clorado, etc.). 

Lo distintivo de esta experiencia es que todas las capacitaciones y materiales de divulgación son elaborados en dos idiomas: wichi (lengua aborigen) y español. Contar con este material bilingüe es novedoso y sumamente importante, ya que  profundiza la llegada de conocimientos y técnicas a sectores de la población que no hablan español. 

La Zonal campesina Los Blancos es una de las comunidades más antiguas que forma parte de la Mesa de Acceso y Gestión de Agua en el Chaco Salteño, un espacio de articulación interinstitucional en el que los diversos actores locales vinculados con la problemática del abastecimiento de agua segura analizan, debaten, proponen y deciden colectivamente iniciativas de política pública orientadas a la solución de dicha problemática, involucrándose asimismo en la implementación y monitoreo de las soluciones seleccionadas. Esta iniciativa forma parte de la Websérie “Semiárido Vivo”, contando con un episodio específico que cuenta esta historia: 

Gloria Díaz, el água y la producción agroecológica en el Corredor Seco Centroamericano 

Gloria Díaz es la representante de la Asociación Mujeres Progresistas, ubicada en Chiquimula, en la parte del Corredor Seco de Guatemala. Ella, junto con las asociadas, elabora huertos agroecológicos con diferentes variedades de hortalizas. A través de esta actividad pueden alimentar a sus familias sanamente, ayudar a la comunidad y nutrir a algunos grupos familiares que consumen sus productos. 

Chiquimula es el corazón del Corredor Seco Centroamericano, por tanto, los cambios climáticos son bruscos. El agua en la zona es escasa y en época de invierno las lluvias son abundantes, al grado de acabar con las cosechas e inundar las parcelas. El acceso al agua era un reto para ellas, la Aldea Maraxcó de Chiquimula únicamente tenía acceso al servicio de agua potable una vez por mes.

Además de este contexto, el camino no ha sido fácil para las socias de la Organización de Mujeres Progresistas, ya que en sus comunidades las mujeres tenían nula o poca participación en las decisiones políticas y en la actividad económica. A partir de la organización de ellas, este panorama ha cambiado.

En palabras de Gloria Díaz: “Nosotras como mujeres hemos aprendido cosas nuevas para sostener la sequía en nuestra comunidad. La participación nuestra ha sido importante en el desarrollo económico, hemos aprendido a hacer huertos familiares, agroforestales, emprendimientos, artesanías y bordados. Y también le vendemos en la comunidad, y así podemos  ingresar dinero a nuestras familias”.

Actualmente, la Organización de Mujeres Progresistas cuenta con  la participación de 234 mujeres, generando más de 39 especies de alimentos, hortalizas, frutas y medicinales para sus familias y la comunidad. 

Además, cuentan con un reservorio de agua comunitario y desarrollan prácticas de conservación y gestión del suelo, utilizan abonos orgánicos y biofertilizantes, producen sus propias semillas, disponen de sistemas de recogida de agua, integran diferentes cultivos y gestionan la plantación, el cuidado, la cosecha y la gestión postcosecha de los huertos de forma comunitaria.

Uno de los logros más destacados es que gracias a la producción agroecológica y “Ley de Alimentos a los niños en las escuelas”, en la actualidad, puedan abastecer la alimentación de 3 mil 56 niños. 

Mujeres de Chiquimula  organizadas para el cultivo de huertos agroecológicos y gestión de agua. Foto cortesía de: Organización Muejeres Progresistas.
Mujeres de Chiquimula organizadas para el cultivo de huertos agroecológicos y gestión de agua. Foto cortesía de: Organización Muejeres Progresistas.

Conozca a más agricultores resilientes al clima

Las experiencias de Maria Neves, Romira Otero y Glória Días y sus comunidades fueron sistematizadas por el Proyecto Daki – Semiárido Vivo y están disponibles en nuestro sitio web. En total, son 55 experiencias de Agricultura Resiliente al Clima, provenientes de tres regiones semiáridas de América Latina: Semiárido brasileño, Gran Chaco Americano y Corredor Seco Centroamericano.

Algunas de estas historias fueron filmadas y dieron origen a los 33 episodios de la Serie Web Semiárido Vivo, disponible en Youtube y en nuestro sitio web.

*Texto escrito por Lívia Alcântara, Nathalie Trabanino, Florencia Zampar y Daniela Savid

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