Semiárido brasileño recibirá inversión de R$ 1 mil millones en seguridad alimentaria y combate al cambio climático

El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) recaudará US$ 129,5 millones del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de la ONU para el proyecto “Sembrando Resiliencia Climática en Comunidades Rurales del Nordeste”. La iniciativa también cuenta con recursos del Fondo Verde para el Clima (GCF) y una contraparte de cuatro estados.

El proyecto tiene como objetivo fortalecer los sistemas productivos, aumentando la resiliencia al cambio climático, ampliando el acceso al agua y potenciando los procesos de gestión del conocimiento. Se espera que alrededor de 1 millón de personas se vean directamente impactadas, de las cuales el 40% serán mujeres y el 50% jóvenes, cubriendo una superficie de alrededor de 84 mil hectáreas.

Además, se implementarán 21.000 cisternas y 16.000 unidades para el tratamiento y reúso de aguas residuales domésticas, así como siete rutas nacionales e internacionales (Latinoamérica y África) para el intercambio entre agricultores de regiones semiáridas. Se planean más de 500 talleres para sistematizar tecnologías y prácticas sostenibles que ya utilizan los agricultores. Se estima que reduce las emisiones de carbono en aproximadamente 11 millones de toneladas de CO2.

“Es un proyecto de convivencia con el Semiárido que tiene como objetivo preparar a la agricultura familiar del Semiárido nordestino para los efectos del cambio climático que han afectado profundamente al bioma Caatinga”, explica Hardi Vieira, oficial de programas del FIDA en Brasil.

Vivir con el semiárido

Como destacó Tereza Campello, directora socioambiental del BNDES, durante el lanzamiento del proyecto, que tuvo lugar en Recife el día 23, la iniciativa es una continuación de las políticas de lucha contra la pobreza y el hambre y de convivencia con el semiárido.

“Esta iniciativa está inspirada en las exitosas experiencias brasileñas de lucha contra la pobreza y el hambre entre 2003 y 2015. Habrá múltiples conquistas: garantiza simultáneamente la seguridad y la soberanía alimentaria de las comunidades rurales del semiárido del Nordeste, prepara a estas comunidades para enfrentar el cambio climático en la Caatinga y reduce las emisiones de carbono”, señaló Campello.

El proyecto también tiene otro antecedente importante: la iniciativa DAKI – Semiárido Vivo, realizada por Articulação Semiárido Brasileiro (ASA) y Plataforma Semiáridos con financiamiento del FIDA. DAKI, en funcionamiento desde 2020, conecta tres regiones semiáridas de América Latina en apoyo del desarrollo de la Agricultura Resiliente al Clima.

“DAKI busca preparar y allanar el camino para una implementación más rápida y efectiva del proyecto Sembrando Resiliencia Climática en Comunidades Rurales del Nordeste. Él es una pieza central en la implementación del proyecto con la preparación de un cuerpo técnico y agricultores familiares, gestión del conocimiento y cooperación Sur-Sur”, explica Hardi Vieira.

“Toda esa línea en la que viene trabajando DAKI, sistematización, capacitación, conocimiento de otras regiones, identificación de experiencias, es para apoyar este proyecto”, complementa Antônio Barbosa, coordinador del proyecto DAKI – Semiárido Vivo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *